domingo, 17 de marzo de 2013

SAETA XVII



SAETA XVII


Colgada la pregunta en los aires del peine, donde dicen las ramas obscenidades al roce inocuo con sus barrotes, unas prolongadas y espesas cortinas inflaman el vacío de un pecado mientras olas huecas horadan el ruido.




Siempre la luz en las entrañas del mar nace y atropellada inunda y mece tras la espuma la tarde.




Qué horizonte de paja herido en su astilla de sonrisa. Inacabados besos que fueron sombra sin cartílago en la pulcritud de la saliva, hilo desganado donde la boca vuelve a sucumbir al pecado.







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